Estuvo quebrada y ya no se escuchaba igual, quiso dejarlo todo como estaba pero sus ojos soñadores vieron mucho más lejos, vieron el cielo en un sonido traspasable a la oscuridad y los años en unas cuerdas tensadas. Sobrevivió, y tan sólo necesitaba Africanito y cintas envueltas en paciencia.
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