Hoy bailé contigo bajo las estrellas en la oscuridad.
Mantuve los ojos cerrados y sentí tus pasos moverse al compás de las olas. Debo confesarte que no pensé bailaras tan bien, y aunque tropecé un poco por los desniveles de la arena debo confesarte fueron los segundos más geniales que pude haberte imaginado nunca antes.
Hoy desperté con las melodías de tus palabras y tu sonrisa dibujada. Insisto, y me disculpo, pero amo tu sonrisa, tu mirada soñadora y esa combinación tan perfecta que tienes cuando piensas en eso que tanto te gusta.
Abracito.
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