lunes, 3 de diciembre de 2012

Arnés de emergencia.

No soporté más y te espié de nuevo. Que ridículo.
Te noto feliz, triste, confundida, estresada, veo que aún no sabes quién eres o qué sientes, veo que aún usas mucho las redes sociales.
Prometo irte a ver, y te cantaré una de las mil canciones que te compuse con mi guitarra quebrada que tanto sabe de ti. No tendrás que hacer nada mas que mirarme y sonreír  Y créeme, yo tampoco sé que es el amor, y jamás me atrevería a definirlo, quédate tranquila.

Buenas nochecitas.

Postdata: Como ya por manera tus ojos y sonrisa alegraron mi noche.

martes, 10 de julio de 2012

A ciencia torpe

Hoy visité mi facultad. Estuve de pie en aquella Biblioteca que se robaba mis noches de sueño, la que a duros tiempos me quitaba la concentración. Pero, una sensación extraña me embargó, me dejó inmóvil; todo era diferente. 
Los pasillos eran muchos más largos, la gente ya no transitaba por ella. Las filas repletas que formaba para alcanzar el último libro ya no habían, y en los asientos chillones en los que nos peleábamos por estar, sólo el polvo ocupaba. En la puerta el hombrecito solitario amo de llaves logró verme y entender mi sentir, me miró a los ojos y dijo: "En Treinta años los tiempos cambian doctor". 
Tuve la caminata hacia la salida más larga de mis años.

En memoria de todos aquellos libros 
abandonados en el rincón del olvido.

martes, 3 de julio de 2012

Noria lenta

Después de mucho pensar en si debía o no, me decidí encontrarte.  Me viste y quisiste no reconocerme, las palabras se pusieron en tu contra y yo atiné a nada más que identificarme. Me invitaste a pasar y usaste esas palabras que tan cliché usadas no pensé utilizarías: "¿Y Cómo has estado?". Y no es que esperara un fuerte abrazo o alguna otra expresión de afecto, pues definitivamente no serías tu.

Entramos en cháchara por un largo rato, éramos dos desconocidos intentando volver a lo de antes. De pronto, te pusiste de pie sin decir nada, fuiste a tu habitación y trajiste un pequeño chocolate que no estaba envuelto en su empaque original, y ni siquiera estaba completo, me lo entregaste y dijiste algo que alegró el total de mi día: "Disculpa, está mordido, es que me gusta mucho el chocolate". Tenía tanto para decirte. 

Tu voz siempre me nubló la razón, ese cabello que al moverse me deja inmóvil, esa mirada que altera mi ciclo cardíaco y esa sonrisa que me transporta a la puesta de sol más hermosa en la que haya estado, me hace preguntarme ¿estoy a salvo alado tuyo?, no quiero estarlo. Imaginé decírtelo, pero lamentablemente también imaginé tu clásica respuesta que tanto me hiere el alma: "Las Rosas no son rojas".
Nos despedimos y prometimos volvernos a ver alguna vez. Pero desde entonces tan solo te he visto sentada bajo la sombra de un árbol, corriendo en la arena e infaltablemente en mis sueños.

viernes, 18 de mayo de 2012

Lasca

Hoy bailé contigo bajo las estrellas en la oscuridad. 
Mantuve los ojos cerrados y sentí tus pasos moverse al compás de las olas. Debo confesarte que no pensé bailaras tan bien, y aunque tropecé un poco por los desniveles de la arena debo confesarte fueron los segundos más geniales que pude haberte imaginado nunca antes. 
Hoy desperté con las melodías de tus palabras y tu sonrisa dibujada. Insisto, y me disculpo, pero amo tu sonrisa, tu mirada soñadora y esa combinación tan perfecta que tienes cuando piensas en eso que tanto te gusta.

Abracito.

viernes, 13 de abril de 2012

Prusik

Wilder: "Me gusta mucho la guitarra, como me gustaría aprender a tocar"
Facundo: "No es tan complicado, ¿cuántas veces lo intentaste?"
Wilder: "Nunca".
Facundo: . . . . 


Buenas nochecitas mundo cruel. 

sábado, 11 de febrero de 2012

Bucle

Los segundos que arrebataron el día perfecto. 
Tenía un buen preludio mental que acogería bien el domingo de caminata y auto-cháchara frente al mar, hasta que regresas y utilizas esos ojos que me nombran y me hacen desaparecer pensando que somos dos locos contra un mundo de cuerdos. Y ahí estuve, era la combinación genial de tu mirada-sonrisa, tan igual como la recordaba.  No dijiste nada, qué más da; ya no espero despierto ese sueño.